domingo, 25 de abril de 2010

Viaje a Japón (XIII) Himeji y Osaka

El día amanece estupendamente a eso de las 7 de la mañana en el occidente del lejano oriente. En Osaka, vamos... Nos fustigamos a nosotros mismos con un despertar tan temprano porque hoy queremos ir a Himeji, una ciudad a unos 70 kms. al oeste de Osaka. El plan es ver el castillo de Himeji, comer y volver a pasar la tarde conociendo un par de barrios de Osaka.



Así pues marchamos en JR y Shinkansen durante una hora escasa hasta plantarnos en la estación de Himeji. El atractivo de esta ciudad reside en su castillo Himeji-jo, fundado en 1333 en la cima de una colina por Norimura Akamatsu, el dirigente del distrito Harima. Los japoneses llaman al castillo Shirasagi-jo (el castillo de la garceta blanca), por el parecido a un ave emprendiendo el vuelo. Se dice de él que es el último castillo samurai en pie y en sus exteriores, Akira Kurosawa, rodó escenas de la película Ran.


En una visita habitual es posible ver tanto los exteriores como el interior de la torre principal del castillo. Tenemos la mala suerte de que el castillo está en restauración hasta final de año así que no se puede acceder al interior de la torre principal, aunque sí al resto de áreas del recinto. Al menos nos cobran una entrada reducida.


Las vistas de la ciudad desde los alrededores del castillo son muy bonitas.


La parte oeste del recinto del castillo acoge el jardín Nishi-nomaru, desde el que se accede al "corredor largo" y a la "torre de la vanidad", las estancias en las que residía la princesa Sen (la mujer del gobernador del castillo) y todas las mujeres de palacio. Estas estancias eran cerradas de noche (para que no entraran los mosquitos) y servían de lugar de esparcimiento para la princesa.




Terminada la visita al castillo hicimos un poco de hambre viendo tiendas de regalos para luego comer unos fantásticos gyozas, udon con curry y pollo teriyaki con arroz.


Como estábamos muy llenos, nos pareció acertado pillarnos unos helados de fresa-mango y vainilla-té verde por aquello de hacer bien la digestión.


Digestión que hicimos tranquilamente tumbados en el parque frente al castillo Himeji-jo. Para un día bueno de cada cuatro que nos hace...


Hacemos el trayecto inverso hasta Osaka y nos bajamos en la estación Tenma para ver parte de la galería comercial de la calle Tenjimbashi, una galería cubierta llena de tiendas con ¡¡¡2 kms. de longitud!!!


De ahí en metro hasta el metro Nippombashi, donde nos bajamos para caminar junto al río Dotomborigawa. El paseo junto al río no es especialmente bonito, pero aún así éste es uno de los pocos paseos peatonales junto a ríos que hemos visto durante el viaje, y el único que hemos conocido rodeado de comercios y provisto de bancos, árboles y cierta decoración urbana.



Desde este paseo se puede ver un ejemplo de una de las características más llamativas de la arquitectura de Osaka: los edificios con atracciones incorporadas en sus fachadas y tejados. Los japoneses nos superan con siglos de ventaja...



Desde el paseo por Dotombori conectamos con la galería comercial de Shinsaibashi-suji, atestada de japoneses en su mayoría jóvenes que visitan tiendas de moda, música, cosmética y pijadas varias.


La falta de interés cultural de Osaka se ve compensada por la ingente cantidad de galerías comerciales, tiendas, bares y locales de juego que acoge la ciudad. Es imposible andar por Osaka y decir que no has ido de tiendas, ya que en esta ciudad ambos conceptos son sinónimos.

Continuamos el paseo hasta America Mura, el barrio americano de Osaka. Sigue habiendo tiendas y bares por todas partes, la diferencia es que aquí puede encontrarse tiendas de música occidental, muchas tiendas de ropa joven y bastantes cafés con cierto aire europeo. Lo cierto es que lo más americano que hemos encontrado en el barrio ha sido oír esporádicamente algo de rap proveniente de alguna tienda de ropa.

A medida que las tiendas van escaseando y empezamos a ver hoteles en los que sospechosamente las habitaciones se alquilan por 90 minutos, nos damos cuenta de que nos acercamos a nuestro barrio: Namba. A parte de un gran intercambiador de transportes y de ser una importante zona comercial de Osaka, Namba es famoso por acoger una gran cantidad de "Love hotels", que dotan al barrio de un aspecto de lo más pintoresco. Estos hoteles suelen ser usados por parejas que vienen a jugar al tres en raya ya que en sus casas no tienen la tranquilidad suficiente como para despejar sus mentes. Lo curioso es que la mayoría (si no todos) de estos hoteles son temáticos, decorando toda la fachada (suponemos que el interior también) con motivos relacionados con el tema del hotel. Paseando por el barrio hemos podido ver hoteles con decoración parisina, española, egipcia, ... y nuestra guía asegura que hay un love hotel de Hello Kitty con tintes sadomasoquistas en las habitaciones. No damos fe.

Volvemos al hotel a cenar y a descansar, que hoy salimos de casa a las 8:30 y no hemos parado. Mañana es nuestro último día en Japón, así que hay que planificar bien qué queremos hacer.


Muchos besos y abrazos para todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué sorpresa! Nos hemos encontrado con 2 reportajes. Muy interesantes los dos.
Las fotos siguen siendo fantásticas y con sol todavía se ven más bonitas. Vosotros cada día más guapos y felices (como Dios manda).
Nosotros hemos ido al rastro y luego a comer al restaurante del arroz caldoso de Goya.Hoy está haciendo un día de bastante calor y está todo Madrid por las calles.Hoy se ha celebrado el maratón.
Cuando sepáis la hora de llegada a Madrid nos lo decís para organizar el recogeros en el aeropuerto.
Muchos besos de los cuatro papis.