lunes, 1 de agosto de 2011

Rescatando Grecia: Viaje a Santorini (III) De vuelta por la caldera


Pitu y Joroña
Hoy bajamos de los primeros a desayunar porque tenemos que ir corriendo a Fira, a hacer un tour por la caldera. Ese que veis en la foto de arriba es Joroña, que nos dejó sacarle una foto después de tomar el desayuno. El yogur griego está bastante bueno y, en contra de lo que esperábamos, se parece bastante al que vende Danone.


El tour se hace en un barco que sale del puerto antiguo de Fira a las 10:45. a.m. Nos hacen estar allí quince minutos antes y no es fácil llegar hasta el puerto. Hay que aparcar a las afueras de Fira porque el pueblo es peatonal. Desde el parking hay que subir andando hasta la zona del acantilado y, una vez allí, decidir cómo se quiere bajar hasta el puerto. La primera forma es gratis y consiste en bajar media hora de escalones MUY incómodos. La segunda es montarse en un burro que, por 5€, hace el camino por tí en 20 minutos. La tercera es rendirse al progreso y utilizar el teleférico que te baja en 40 segundos por 4€.

Fira por la mañana.
Llegamos al parking de Fira con una hora de antelación y Pitu se vio lo suficientemente fuerte como para bajar a pata, así que eso hicimos, habíamos desayunado muy bien. Al llegar abajo nos temblaban las piernas y ni nos imaginábamos el dolor de gemelos que tendríamos al día siguiente. Al menos, la media hora de escalones abajo es bastante pintoresca. Dado que los burros siguen el mismo camino, decenas de ellos te hacen compañía a lo largo del camino. La mayoría de ellos está en la parte de abajo de las escaleras, unos cuantos en la parte superior y el resto va subiendo o bajando a algún turista, la mayoría un poco acojonaos. Las vistas del puerto, con varios cruceros amarrados, nos acompañan durante toda la bajada.

José y los burritos griegos de camino al puerto antiguo.


El puerto antiguo de Fira.
La primera parada del tour consiste en ir al volcán, que está en el islote de Nea Kameni. El volcán es el culpable de que Santorini y las islas que la rodean sean la formación volcánica más joven del Mediterráneo oriental. El volcán sigue activo, aunque la última vez que le dieron gases fue por 1950. El barco para en un embarcadero donde hay otras naves de otras excursiones. Allí, un guía te da un paseo de casi una hora por el volcán mientras tú te mueres subiendo cuestas a más de 40º sin un chorrillo de viento. La piedra volcánica negra del islote es impactante, así como las vistas que hay de Santorini desde allí. Sin embargo, el calor es demasiado para nosotros, subimos hasta ver los cráteres y nos volvemos poco antes de llegar a la cima.

Pitu en el volcán. Santorini al fondo.
José sudando crema solar.
¡Segunda parada del tour! Una vez visitado el infierno, no había mejor opción que ir a darse un baño a las aguas termales entre las islas Nea Kameni y Palia Kameni. Palia Kameni es otro islote volcánico situado al suroeste de Nea Kameni (el volcán), muy cerca de éste. La actividad del volcán suelta gases y pedetes calentorros hacia el mar, lo que provoca que las aguas entre estos dos islotes estén calenticas, a diferencia del  agua del mar que está bien fría. El barco paraba próximo a esta zona de aguas termales. Saltamos directamente desde el barco al mar como si no hubiera mañana y, desde allí, nadamos hasta las aguas. A medida que nos aproximábamos, sentíamos cómo el agua estaba cada vez más calentita. No imaginamos mejor premio tras patear el volcán.
Vista de las aguas termales desde el barco.

José viendo el cielo abierto.
Una vez apaleados y refrescados, nos fuimos a la siguiente parada: la isla de Thirasia. Esta isla está al oeste de Santorini y, junto con ésta y los islotes volcánicos que acabábamos de visitar, conforman los peñascos más importantes que dejó el volcán tras la erupción de 1628. Al contrario que los islotes, Thirasia no es un peñasco volcánico, sino que su suelo es mínimamente fértil, como el de Santorini, pero de menores dimensiones. En Thirasia viven unas 150 personas. El propio guía de la excursión nos dijo que es una de las zonas menos desarrolladas de toda Grecia. Nos aconsejó que no saliésemos del puerto a visitar la capital, cuyo nombre es Manolas (tiene tela). Al parecer, los manolitos no cuidan la ciudad, sino que se limitan a llevar cuatro restaurantes familiares del puerto y vivir de ello. De hecho, el cura de la isla es el dueño de la única tienda de souvenirs. Además, visitar la capital supone subir y bajar 300 escalones a las 14:00, por lo que decidimos aprovechar nuestras 2 horas de estancia comiendo unas pitas y bañándonos, eso sí, en unas aguas transparentes como las de una bañera.
José y su pita.

Vistas desde Thirasia hacia el volcán (al fondo) y Santorini (al fondo fondo)

Una casita del puerto de Thirasia.

Las aguas del puerto de Thirasia.

La cuarta y última parada del viaje era en mitad del mar. Nuestro barco tenía el culo de cristal, por lo que desde la bodega se podía contemplar el fondo marino. Pararon el barco en un arrecife cercano a Thirasia, donde pudimos ver el volcán bajo el mar, desde justo debajo de nuestro barco hasta una profundidad de 300 metros. También se veían bancos de peces y algún que otro pescao despistao, así como unas cuantas redes puestas con toda la intención. 
José buscando a Bob Esponja desde la bodega del barco.

Bajo el maaaaaaaaaaaaaaar....!!!
Tras esto volvimos a Fira, pasando por el norte de Santorini para poder ver Oia, la segunda ciudad más importante de la isla, sin bajarnos del barco. Desde éste, pudimos sacar unas fotos preciosas de la ciudad. Y viendo después las fotos en el ordenador, nos recordaron a las casitas de un portal de Belén, una estampa muy curiosa.

Oia desde el barco.

Otra vista de Oia.
De nuevo en el puerto antiguo de Fira a las 16:30, decidimos que la subida la haríamos a lo moderno: por el teleférico. Pitu se la jugó comprando unos souvenirs antes de subir y por poco nos quedamos sin dinero para pagar los tickets de subida. Si hubíeramos tenido que subir a pata aún estaríamos allí. La subida en teleférico es, por cierto, muy bonita.

El teleférico subiendo a Fira desde el puerto Antiguo.

!Listo para subir¡


De vuelta en Kamari descansamos y nos arreglamos en el hotel para salir a cenar por el paseo un gyros normalito y tomarnos unos cócteles donde la primera noche. El día ha sido divertidísimo. El tour es muy recomendable: son unos 28 euros y te lo pasas en grande. Por cierto, una vez en el barco, el guía nos recomendó que para la próxima no se compren los tickets en las agencias, que cobran tasas, sino que vayas directamente al barco a comprarlos. Así que el precio real debe ser inferior a 28.El barco que tomamos se llamaba "Calypso", y además de éste ofrecen otros tours. Nuestro guía fue muy amable y divertido, además después de explicar las cosas en general en griego, se acercaba a los demás y en petit comité nos repetía todo en inglés.

En nuestro bar favorito para tomar un cocktail al aire libre.


Saludos a todos y hasta mañana!!!!

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