El incidente

El incidente (The happening), es la última película del escritor/director/productor/actor ocasional M. Night Shyamalan, quien a cada paso que da más palos le llueven. Servidor no puede menos que confesarse admirador de su obra, ya que seguirla película a película desde "El sexto sentido" ha sido un placer.

"El incidente" coincide con la magnífica "Señales" en la dimensión del relato, ya que en ambos casos se presenta un drama familiar alojado dentro de una tragedia de carácter mundial, siendo la evolución de los personajes principales el motor que hace avanzar el total de la trama. Por contra, "Señales" estaba aderezada con más momentos de humor (muy característicos del creador) y la acción transcurría alejada de la catástrofe de la invasión alienígena, cuya presencia aumentaba paulatinamente conforme avanzaba la historia. En "El incidente", el desastre acorrala a los personajes principales desde el comienzo, estando el peligro y la muerte representados de forma explícita a lo largo de toda la película.

Uno de los lugares comunes de Shyamalan es el uso de un final sorprendente como uno de los pilares fundamentales de la trama, siendo el caso de "El sexto sentido", "El protegido" y "El bosque". "El incidente" no esconde el origen de la catástrofe que da pie a la trama, sino que da muchas explicaciones sobre el mismo, tanto verbales (existentes desde el nudo hasta el fin) como gráficas (observables desde el comienzo). Careciendo del golpe de efecto final para tirar de la historia, el guión se sirve de los personajes secundarios para empujar la acción y fabricar el suspense que clava al espectador en la butaca. Comentaba Shyamalan en los extras de "El bosque" que existen dos clases de escenas que deben ser bien repartidas: las que hacen evolucionar a los personajes y las que hacen avanzar la historia. En "El incidente", los personajes secundarios dan movimiento a la acción (muriéndose, por lo general) mientras el grupo central, conformado por Mark Whalberg, Zooey Deschanel y Ashlyn Sanchez, se centra en el conflicto personal que pone fin a la historia.

El otro tipo de final recurrente de Shyamalan es el final con moraleja, que en esta ocasión sí que está presente. "Señales" hacía hincapié en la necesidad de la fe para superar conflictos, "El bosque" retrataba el fracaso de la mentira en su intento por aislar a las personas del dolor de la vida y "La joven del agua" hacía ver la necesidad de conservar al niño que llevamos dentro. "El incidente" sigue en esta línea entre el catolicismo y la autoayuda, concluyendo en la realidad del amor como salvador único del ser humano.

Por proximidad temporal y temática, se está comparando a esta película en muchos sitios con la reciente "La niebla", dirigida por Frank Darabont. Ambas hacen uso de la ciencia ficción, planteando una situación catastrófica que acecha a un colectivo reducido de personajes, sin embargo, "La niebla" se cuece más a gusto en la salsa de la serie B que "El incidente", incluyendo (a mucha honra) sangre, longanizas, experimentos secretos y bichejos con mal café. "La niebla" también tiene moraleja, pero el cariz de ésta es muy diferente al de "El incidente", siendo un durísimo alegato contra el ser humano que hace más difícil de digerir (que no de disfrutar) la película.

James Newton Howard, en su enésima mutación musical, compone una banda sonora excepcional que ayuda al director a perpetrar el sentido homenaje a Hitchcock que encierra "El incidente". Como ya pasaba (en menor medida) en "El protegido", "La joven del agua", "El bosque" y en "Señales", el texto de "El incidente" incluye mini discursos paralelos a la trama principal. Si en las citadas se componía, por orden, un sonado homenaje a los comics, un sablazo a los críticos, una patada en el culo a la política y una tomadura de pelo a la sociedad, "El incidente" es adornado con un mensaje de protección urgente para el planeta y con una colleja simbólica pero contundente al ser humano, irracional en masa y acobardado.

En resumen: buena película que no gustará a los que no gustaron de sus predecesoras. OLE por Shyamalan.

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